Ninguno quiso complicarse y al final al negocio lo hizo Mitre. Es que en un partido chato, el 0 a 0 fue lo más lógico y a San Martín no le sirvió porque lo hace llegar a la última fecha dependiendo de otros resultados para clasificarse.
Una tarea deslucida, por parte de los dos equipos, hizo que el partido mostrara intensidad sólo en algunos pasajes (de hecho se repartieron más errores que virtudes). En ese ambiente laxo y algo endeble lo que resaltó fue la tarea de Matías Camisay, el enemigo al que más le temió San Martín, porque fue el que hizo estragos (o al menos lo intentó) por el sector izquierdo.
Debieron pasar largos minutos para que el “santo” tomara las marcas en mitad de cancha, sobre todo con otra buena tarea de Lucas Bossio. Allí comenzó a tomar algo más de protagonismo. Lo mostró Albano Becica, que en su primer intento apeló a su marca registrada: encaró veloz por derecha hasta la media luna, desde allí sacó el zurdazo y la pelota pegó en el poste derecho. Martín Góngora ya estaba vencido.
No lo acompañó la suerte a Albano, a quien sus compañeros se dividieron para intentar en vano buscarlo de manera escalonada. El 10 apenas aportó al juego y el peligro con otro tiro de esquina que casi se vuelve gol olímpico. Casi. San Martín trató de asociarse mientras que Mitre apostó a los pelotazos para la movilidad de Gonzalo Parisi, que también pasó sin pena ni gloria para el “aurinegro”.
Lo deslucido del primer tiempo se trasladó al complemento, donde los equipos lucharon más de lo que tocaron y se acentuó la mediocridad. El cambio de Gonzalo Rodríguez por un perdido Carlos Chacana le dio más potencia al ataque “santo” que igual se quedaba sin nafta cuando la pelota llegaba a los pies de Fabricio Lenci o Maximiliano Velasco. Después se sumó Lucas Chacana, pero lo de ayer fue una clara muestra que la suma de delanteros no sirve de nada si en el medio no se gestan ideas.